Tenemos nueva Bottle Share Playlist y en esta ocasión, el selector encargado de repartir flow a diestro y siniestro es, nada más y nada menos, que Elliott Konig, General Manager de Freddo Fox. Desde la soleada Miami, Florida, hasta la serie musical de C R A F T E D.
Seguramente estaréis de acuerdo conmigo en que en el mundo cervecero la figura del brewer suele acaparar toda la atención mediática. No digo que no sea merecido, ya que son los auténticos rock stars. De su creatividad y de sus recetas, nace la magia liquida que nos hace tan felices. Es lógico que despierten tanto interés y admiración a su alrededor.
Pero para que salga un álbum como Thriller, no basta con tener a Michael Jackson en el estudio de grabación, ¿no creéis?. También hace falta Quincy Jones, componiendo, haciendo los arreglos y dirigiendo a los músicos. Por eso Elliott, además de ser un buen amigo y una gran persona, es uno de los profesionales silenciosos del sector cuyo papel dentro de la ecuación me gustaría reconocer. Para que nos entendamos: si estuviéramos hablando de fútbol, siempre a favor del Barça, pero para el resto, que me pongan en el equipo de Elliott.
Born and raised en el área de North Miami Beach/Aventura (Miami, USA), Elliott es norteamericano de primera generación. Su padre, nacido en Bogotá (Colombia), se crió en Caracas (Venezuela), y su madre, que nació en la isla Curaçao, también creció en la capital de Venezuela.
Su relación con la cerveza empezó de bien jovencito, “empece a beber regularmente alrededor de los quince años, pues había estaciones de servicio y tiendas locales que nunca verificaban la edad. Obtuve mi primera identificación falsa cuando estudiaba en secundaria, y desde entonces, jamás tuve problemas para conseguir cerveza. Normalmente comprábamos las cervezas nacionales, y si nos apetecía algo especial, elegíamos importaciones de la época como Heineken y Corona”.
Fan acérrimo de los Gators, lo cual le viene de herencia tras su paso por la University of Florida, Elliott es licenciado en Ciencias Políticas. En su etapa universitaria, concretamente durante el tercer año de sus estudios (2002), viajó por primera vez a España como parte de un programa de la FSU (Florida State University), la Universidad “rival”. Pasó cinco meses en Valencia, desde enero hasta mayo.
Además de vivir en primera persona Las Fallas, asistir muchas tardes al estadio de Mestalla para ver jugar al equipo de la ciudad, e incluso celebrar junto con la afición valencianista el campeonato de Liga del Valencia C.F. (que llevaba 30 años sin ganar), Elliott aprovechó para viajar por Europa y beberse unas cuantas pintas de Guinness y Franziskaner: “Desde aquel momento, siempre quise vivir en España”.
Transcurridos unos años, con un par de másters en su currículum y varias estancias en España compaginadas con sus estudios - también estuvo trabajando en Dublin, Curaçao y Toronto -, le surgió la oportunidad de mudarse a Boston e incorporase en el departamento de inversiones de una empresa de gestión de Fondos de Cobertura: “En Boston es donde finalmente tuve la oportunidad de sumergirme en el mundo de la cerveza artesana. Harpoon IPA estaba disponible en casi todos los sitios, y me llevó a interesarme por las IPAs, y a fijarme en muchas otras cerveceras como Allagash, Pretty Things, Jack's Abbey y Clown Shoes, por citar algunas de ellas. En aquella época, Trillium y Treehouse acababan de llegar, así que lo máximo era conseguir que algún amigo que viajase a Vermont te trajese una caja de Heady Topper de The Alchemist.”
Fue en aquella época cuando consiguió obtener su pasaporte europeo (austriaco, gracias a a su abuelo, nacido en Viena), y convencer a su empresa para que le dejasen trabajar desde España. En 2014, se mudó a Valencia.
Si hablamos de cerveza artesana y Valencia, Elliott reconoce que un momento importante fue la apertura de Olhöps, a finales de 2014. Rápidamente entabló una gran amistad con Pablo, Mauro y toda la familia de Olhöps. Según me comenta “Olhöps se convirtió muy rápido en un lugar de referencia para los entusiastas de la cerveza artesana de la ciudad, y durante su primer año, tuve la oportunidad de conocer a gente increíble de la escena nacional que habían ido a celebrar eventos en el bar, como por ejemplo Aran (La Pirata), Ernesto (Yria) y Txus (Laugar)”.
A finales de 2016, Elliott recibió la notícia de que la empresa para la que trabajaba iba a ser absorbida por una gran compañía. Todo el mundo estaba contento, menos él, pues sabía que probablemente le obligarían a volver a los Estados Unidos. Instalado en Valencia, y tras dedicarse durante diez años al mundo de las finanzas, Elliott pensó que había llegado el momento de cambiar y hacer algo que realmente le apasionase. Al ser cuestionado por sus ex-compañeros sobre los motivos de su renuncia, la respuesta fue clara: “Actualmente estoy viviendo el boom de la revolución craft en España y estoy conociendo a mucha gente increíble. De una manera u otra, voy a encontrar la manera de trabajar en este sector”. Vaya si lo hizo.
A los pocos meses, hablando un día con Pablo de Olhöps en el bar, entre ambos surgió la idea de hacer helado con cerveza: “Lanzamos Hop Cream en septiembre de 2016 en un evento en Olhöps y rápidamente se despertó el interés de la gente. Pudimos celebrar varios eventos por Valencia y finalmente empezamos a colaborar haciendo helados con cerveceras y bares. En marzo de 2017, nos invitaron al BBF y después de aquel festival tuvimos la oportunidad de asistir a más eventos en Madrid, Valencia y hasta Groningen, Holanda. También fuimos al primer MASH, en 2017.” Además del proyecto con Hop Cream, Elliott también contribuyó a la creación de H2ÖL, la cervecera nómada de Ölhops, y les ayudó a elaborar dos de sus primeros lanzamientos: Beergin, con Yria, e Imperial Torrija, con Tyris.
El proyecto de Hop Cream no iba mal y era divertido, pero el tema económico hizo que Elliott sintiese la necesidad de encontrar un segundo trabajo. A finales de 2017, vio que Edge Brewing estaba anunciando en sus redes sociales que buscaba personal administrativo, y decidió contactarles. Los meses fueron pasando, y no obtuvo ninguna respuesta por parte de la cervecera.
Un buen día, cuando Elliott ya pensaba que no tendría más remedio que volver a trabajar en finanzas, encontró una buena oferta para pasar el fin de semana en Barcelona. Lo que no sabía por aquel entonces, es que ese viaje improvisado significaría un nuevo giro argumental en su historia: “Sin más planes que ir visitar bares, en el tren le envié un mensaje a Robin para ver si le apetecía quedar un día. Nos conocíamos de hacer eventos juntos durante el año y quería invitarle a unas cervezas como agradecimiento por toda su ayuda y apoyo. Cuando me contestó me dijo que me pasara por la fábrica a saludar al equipo y así ponernos al día”. Al parecer, a pesar de no decirle nada durante meses, habían estado discutiendo internamente sobre su incorporación. La semana siguiente, Elliott fue contratado como General Manager. El resto, es historia.
Si bien es cierto que en aquel momento Edge Brewing ya tenía una historia y gozaba de un notable reconocimiento dentro del panorama craft, considero que la incorporación de Elliott fue fundamental para que la cervecera siguiese evolucionando. Durante los siguientes tres años, Edge logró ganar el Campeonato Nacional de Cervezas de la Fira de Poblenou (2018), incorporar como co-organizadores del festival Mash (junto con la cervecera Garage Beer Co.) a los importadores The Shelton Brothers - Elliott, además, fue clave en la gestión de la logística que permitió traer las cervezas de algunas de las mejores breweries norteamericanas al festival -, y un inmejorable desenlace: el premio a la Mejor Cervecera del Año en el Barcelona Beer Challenge (2020).
En la actualidad, concretamente desde enero de 2021, y tras la venta de Edge Brewing a un nuevo propietario, Marcus Tybell (ex de Brewski), Elliott ha pasado a ser socio del nuevo proyecto y ocupa el cargo de General Manager de Freddo Fox, cervecera barcelonesa que está llamada a inyectar aire fresco en el panorama cervecero nacional e internacional. De momento, son cinco las cervezas que Freddo Fox ha lanzado al mercado. Y la cosa promete. Un proyecto que gira alrededor de una marca moderna, con un estilo/filosofía que encaja perfectamente con el vibe que impregna el distrito urbano y artístico donde está ubicada la fábrica y próximamente tienda (Poblenou), unas recetas extravagantes y atrevidas que apuestan por innovar y jugar con nuevas variedades de lúpulos frescos, colaboraciones con las mejores cerveceras a nivel nacional e internacional, y un equipo de profesionales que acumula muchos años de experiencia en el sector.
Dicho esto, ha llegado el momento de ver, o mejor dicho, de escuchar, que nos trae el bueno de Elliott en su Playlist. Porque lo que propone a través de su cuidada selección musical, y que el mismo reconoce ha sido una de las cosas más difíciles que ha hecho en su vida (que exagerados son estos de Miami…), es un viaje sonoro en el que el orden de las canciones, las cadencias y los ritmos han sido pensados para que fluyan y se entrelacen entre ellos. Una ecléctica mezcla en la que el rock y el hip hop, en sentido amplio, son de alguna manera las piedras angulares: ALO, Dave Matthews Band, Arcade Fire, Talking Heads, Jimmy Buffet, Foals, Paul Simon, John Mayer y Grateful Dead VS Outkast, A Tribe Called Quest, Luke & Trick Daddy, The Pharcyde y Kanye West & Dwele. ¡Que la disfrutéis!